Cartas (Jane Austen)

Desde que comenzó su andadura, la editorial dÉpoca ha sido motivo de alegría entre los aficionados a la literatura del siglo XIX, entre los cuales me encuentro. Novelas reeditadas o inéditas, esos novelones que siempre aparecen mencionados en otras historias y te llaman la curiosidad, para luego descubrir que es imposible encontrarlos en castellano, o que si existen es en traducciones que han quedado antiguas. (Sin dejar de lado los detalles que siempre llevan sus libros y lo cuidados que están).

 En este contexto nació “Cartas” de Jane Austen, y la que en mi opinión es la joya de la corona de esta editorial. Una escritora tan universal, con tantas reediciones de sus historias, incluso con una lista de pastiches detrás: zombies, asesinatos, diarios y un largo etc ¡Y aún no teníamos una edición íntegra en castellano de sus cartas! 

Esos manuscritos donde más se puede conocer a la mujer, a la escritora, a la tía,… a la persona de la que nacieron tantos personajes que continúan vivos 200 años después. 

Escribía sus cartas tal y como escribía sus historias, con esas descripciones de la vida a su alrededor, describiendo bailes en su juventud y viéndola madurar hasta su faceta de tía que leía las historias de sus sobrinas. 

Imposible no emocionarse con las cartas narrando la muerte de su padre, o no disfrutar con la complicidad entre Jane y Cassandra, sin mencionar la última época, cuando apareció la enfermedad que se la llevaría. 

Es un regalo poder conocer a Jane Austen a través de sus cartas, quién sabe los secretos que esconderían las destruidas, pero aún así tenemos que alegrarnos porque con lo que queda se descubre a una persona cariñosa, ingeniosa, divertida, con inquietudes,… Y por una temporada, cada vez que tengamos el libro en la mesita de noche, la haremos vivir de nuevo.