miércoles, 5 de junio de 2019

Germinal (Émile Zola)


"Francia, 1866. Étienne Lantier abofetea a su patrón y se queda sin empleo. Vagabundo y sin trabajo, halla nueva ocupación en las minas de carbón. Los rigores de la labor bajo tierra, las condiciones inhumanas, la injusticia, la crisis social, la revolución y la huelga, la brutal represión, pero también el amor, son los protagonistas de Germinal, uno de los más rotundos y vívidos alegatos nunca escritos en favor de los explotados y los oprimidos."
No hay novela de los Rougon-Macquart que no termine a los pies de Zola.
Germinal es la novela 13 de la saga de Los Rougon-Macquart, y esta vez el protagonista es Étienne Lantier, hermano de Claude Lantier el protagonista de La obra, otra novela que me fascinó. 

Étienne ha perdido su trabajo y vaga por el mundo hasta que llega a Montsou, un pueblo minero. Allí consigue un puesto y es donde por primera vez se me pusieron los pelos de punta al acompañar a Étienne y a sus nuevos compañeros al interior del pozo. 

La descripción de la bestia, del infierno en la tierra, de la mina y de las condiciones a los que son sometidos los trabajadores, las trabajadoras y los animales, me impactó tanto que pensé que sería un libro difícil de leer. Lo hubiera sido, quizás, de haber sido otro el escritor que le diera vida, pero Zola y su capacidad de observar el mundo y a las diferentes personas que lo habitan, pudiendo ver lo mejor y lo peor de cada uno, hace de Germinal una historia conmovedora.

"Sólo comprendía una cosa: el pozo tragaba hombres por oleadas de veinte y treinta, y con un trago tan fácil que parecía no sentirlos pasar".
 Los mineros, explotados por las condiciones en las que tienen que vivir, deciden ponerse de huelga y así empieza la lucha obrera frente al capital. El miedo, el hambre, la frustración, la ira,... Todo acaba por prender la mecha que lleva a un desenlace de los que mantienen en vilo.

"-¡Mira, hace calor!... Cógeme y sigamos juntos siempre, siempre.
Él la abrazaba y ella se abrigaba con él largo rato mientras seguía su parloteo de muchacha feliz".
 El final está lleno de lirismo, de tristeza pero también de esperanza, ante esa semilla en espera de germinar. 
"Fuera, Étienne siguió absorto durante un momento el camino. En su cabeza bullían toda clase de ideas. Pero tuvo una sensación de aire libre, de cielo abierto, y respiró largo rato. El sol salía por el glorioso horizonte, aquello era un despertar de alegría en toda la campiña [...] Era delicioso vivir, el viejo mundo quería vivir una primavera más".
 
 

lunes, 18 de marzo de 2019

La casa de los nombres (Colm Tóibín)

Le cortaron el pelo antes llevarla a rastras al lugar del sacrificio. La amordazaron para que dejara de maldecir a su padre, ese hipócrita cobarde. Aun así, se oyeron sus gritos apagados cuando por fin comprendió que su padre en verdad tenía intención de matarla, que pretendía sacrificar su vida por el ejército que capitaneaba.



Tenía muchas ganas de leer esta novela desde que salió, pero también tenía muchas dudas. Colm Tóibín era desconocido para mí y el tema que trataba en esta novela me atraía tanto que podía ser una gran decepción, así que hice una desiderata en la biblioteca, y aunque tardaron unos meses, la aceptaron ¡y ya he podido leerlo!

La casa de los nombres es una versión de La Orestíada, narra lo que ocurrió cuando Agamenón ofreció a su hija Ifigenia como sacrificio a los dioses para que estos les dieran vientos favorables con los que poder partir a Troya. Pero en vez de ir a la guerra de Troya con Aquiles, Menelao, Héctor, París y Helena, Colm Tóibín nos invita a quedarnos en Micenas, con el dolor de Clitemnestra por el engaño de su esposo y la pérdida de su hija.

La novela está dividida por partes y en cada una de ellas nos metemos en la piel de Clitemnestra, Orestes o Electra. Tiene mucho mérito describir a personajes como estos, hacerlos reales, ni buenos, ni malos, simplemente humanos con defectos. Personajes que buscan venganza en respuesta al dolor que han sentido.

La historia tiene un tono oscuro, poético, pausado. Lo he disfrutado mucho, los mitos antiguos me encantan y la próxima vez no dudaré en darle una oportunidad a Colm Tóibín, un autor que me encantará volver a leer.

lunes, 11 de marzo de 2019

Inquietudes

Desde la última vez que publiqué una reseña han pasado casi 3 años y, aunque algunas cosas han cambiado, mi amor por la literatura sigue intacto.

Es cierto que ya no leo tanto, otras actividades y la falta de tiempo a veces dejan a la lectura un poco de lado. También es cierto que llegó un momento en el que me cansé de reseñar los libros que leía, que probé con youtube y que el editar videos también me acabó cansando.

Pero todos vuelven. Y aquí estoy.

No sé si el formato blog está moribundo, pero sé que nunca borré el mío porque sabía que tarde o temprano volvería a escribir.

Hace unos meses hice un pequeño curso de escritura y ahora hago mis pinitos por Lektu, me volvió la inquietud de volver a los blogs y empecé Mel i sucre con mi pareja. Y ahora ha llegado el momento de desempolvar All the Year Round.

No sé con qué frecuencia escribiré, pero me alegra estar de vuelta.