Jane Eyre (Charlotte Brontë)

De vez en cuando a mi cuerpo lector le entra un cosquilleo por volver a historias pasadas. Empiezo a recordar escenas y diálogos de alguna de esas novelas que me marcaron en su día. Incluso vienen a mí las escenas y las bandas sonoras de algunas de sus adaptaciones, si las hay.

Esta vez el cuerpo y el alma me pedían volver a Thornfield. 

Las páginas de mi Jane Eyre empiezan a coger ese tono amarillento de los libros viejos, y eso que tampoco debe hacer tanto que llegó a mí. ¿Unos diez años y unas tres o cuatro relecturas entre medias? Quizás sea suficiente, pero lo que es seguro es que sigue emocionándome como la primera vez. 

Hace tiempo leí a una persona que opinaba que releer era una tontería con la cantidad de libros nuevos por descubrir. ¿Y si cada vez que relees una de esas novelas que te gustaron tanto descubres cosas nuevas?

Porque no creo que la primera vez que leí Jane Eyre comprendiera exactamente toda la fuerza que tiene, no de la misma manera que ahora, ¿y quizás no de la misma forma que dentro de un par de años?

Poco puedo decir de la historia, seguro que todos la habréis leído y tendréis vuestras opiniones sobre Jane, el señor Rochester y St. John. 

Empezando por Jane, tan fuerte e independiente para la época, reclamando a Mr Rochester como su igual o negándose a convertirse en su querida a pesar de “estar sola en el mundo, sin familia ni amigos a lo que les importe” excepto a una persona, a ella misma.

Quizás me sienta un poco identificada con ella cuando dice cosas como: “¿Cree usted que porque soy pobre, oscura, simple e insignificante no tengo alma ni corazón?”

Tampoco puedo dejar atrás a Edward Fairfax Rochester, un personaje que me fascina. Carismático, apasionado, misterioso,… y pese a lo mucho que se pueda repetir que no es guapo, es uno de los personajes más atractivos que pueda haber. 

La química que tienen traspasa el papel, juntos dan vida a los mejores diálogos de la novela, ¿cómo olvidar la noche en que una gitana llega a Thornfield para decir el destino a las jóvenes solteras? El “¿Me considera guapo, señorita Eyre?” o la misma declaración. Podría mencionar todos sus momentos y estar toda la noche hablando sobre ello.

“Lector, me casé con él”. No sé a vosotros, pero a mí me encanta que Jane Eyre o Charlotte Brontë, llamen mi atención con ese “lector”. 

Sobre las adaptaciones, aunque no le hago feos a ninguna, mi preferida es la miniserie de la BBC del 2006. La historia está fielmente adaptada, se conserva el misterio gótico y las interpretaciones de Ruth Wilson y Toby Stephens son magníficas y elegantes. 

Sobre todo esta escena que os dejo a continuación, probablemente mi preferida de toda la miniserie. Me hace sonreír sin querer y queriendo.