Voy a ser un poco crítica con esta novela, porque en cuanto leí la biografía que le dedicó Stefan Zweig, supe que me había dejado el listón muy alto.
La novela, en forma de diario, recuerda mucho a El diario secreto de Ana Bolena a pesar de ser dos escritoras completamente diferentes. Ambas cuentan el ascenso y el trágico final de las dos reinas de forma muy sencilla y amena, pero se quedan ahí. No profundizan en el entorno, ni en el resto de contemporáneos que las acompañaron más allá de sus esposos.
Carolly Erickson decide olvidar muchas cosas, incluido el famoso “asunto del collar”, (yo estaba deseando llegar a ese momento, pero mi gozo en un pozo) y personajes como La Motte, el Cardenal de Rohan… y se inventa otros que personalmente me han chirriado, como un amor de juventud y su celosa mujer.
La evolución de María Antonieta es sutil, aunque de nuevo, chirría un poco el aire de heroína que va tomando con el paso de las páginas.
En definitiva, una novela para pasar el rato y conocer un poco de la vida de María Antonieta sin ahondar en el tema.
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