Al fin terminé Evelina. A la pobre la he llevado a rastras
casi dos semanas. Parecía que no avanzaba ¡y yo me moría de ganas de avanzar!
No sabía que esperar de esta novela, siendo un título que
casi siempre aparece en la lista de referencias, pero nada más empezar me
sorprendió muchísimo. ¿Le pueden pasar más cosas a la pobre Evelina?
Me he reído a gusto con su primer baile y todos los
malentendidos que se forman por culpa de su inexperiencia. Me he indignado con
todos los pretendientes moscones que le van surgiendo en el camino. Y al final
me han echado a volar las mariposillas en el estómago al ser testigo de ese
enamoramiento, completamente predecible lo confieso, pero tan inocente y
bonito.
Y eso hablando de la novela sin destripar demasiado. Luego
he disfrutado diseccionando los estilos, a mitad de camino entre Jane Austen y
Henry Fielding pero con el estilo epistolar de Las amistades peligrosas.
Evelina al principio
me recordaba a Catherine Morland, tan inocente y con los pesados de los Thorpe
como compañía. También he visto sombras de Lady Susan en ese retrato de Madame
Duval, ¿y qué decir de Mr Lovel? ¿No puede tener un aire a cierto señor Elton?
Ha sido muy especial leer de primera mano una de las
historias, una de las autoras, que inspiró a Jane Austen, y encima siendo una
novela tan entretenida que me lo he pasado genial.