La prima Phillis (Elizabeth Gaskell)

A los diecisiete años, Paul Manning llega a la pequeña población de Eltham como ayudante del ingeniero del ferrocarril. La vida pausada que allí descubre, regida por el calendario de las labores del campo, y el conocimiento de su prima Phillis, una muchacha que le aventaja en altura, cultura y sensibilidad, le iniciarán en un nuevo mundo en el que se adentra con respeto y fascinación.


 

Normalmente no me gusta destripar las novelas que leo en las reseñas, por si alguien las tiene pendientes y porque cada uno siente la historia a su manera. Por eso, esto es un aviso de que en los siguientes párrafos voy a desvelar a la prima Phillis un poquito.  

Y es que la trama es muy sencilla. Novela corta, que cuenta una historia mil veces contada: la del primer amor. Esta vez de la joven Phillis Holman, dechado de virtudes con la que no he conseguido congeniar. No sé si la culpa la tendrá su primo y narrador, por las primeras impresiones que nos hace llegar y esa incomodidad que siente cuando está con ella, pero cuando parecía que mi opinión iba a cambiar llegó la última parte y volvió a empeorar. Y es que me niego a pensar que una mujer a la que se la describe con virtudes como inteligente, culta,... casi se deje morir por un desengaño amoroso.

El galán es el amigo del narrador, se veía venir que Phillis se iba a enamorar de alguien así. Nunca había conocido a un hombre como el sr Edward Holdsworth, que la perturba con su mundo. El enamoramiento parece mutuo y la historia podría haber tenido un final muy feliz, pero el destino se mete de por medio y Holdsworth se marcha a Canadá, donde tanto echa de menos a Phillis, que encuentra una joven que se le parece y se casa con ella. 

A partir de aquí, nuestra protagonista se deja morir. Y las fiebres cerebrales eran muy corrientes en aquella época. 

¿Y aún así quién se lleva la peor parte? Bajo mi punto de vista el primo Paul, el narrador, aún intentando hacer el bien. Yo hubiera hecho lo mismo.

Fin del destripe.

Esta novela es un buen ejemplo de lo que hace un buen escritor. Algo tan sencillo que podría haber sido aburrido o pusilánime, se convierte en un viaje idílico estilo Cranford.