En 1840, Madame Lafarge, Marie Capelle de soltera, fue acusada de haber envenenado con arsénico a su marido. El caso, más complicado de lo que parece a primera vista, fue seguido por toda Francia, y dividió a la sociedad entre defensores y acusadores de la viuda. Nunca fue probada su culpabilidad, ni su inocencia.
Dumas, que la conoció en una época, se mete en la piel de un cronista y narra su historia desde su nacimiento hasta su muerte, valiéndose de recuerdos, correspondencia que mantuvieron y extractos de las propias memorias de la acusada (Heures de prison).
No es una novela al uso, más bien parece un trabajo periodístico, pero siendo Dumas el entretenimiento está asegurado, y el caso (o la vida de la protagonista) resulta, cuanto menos, curioso.
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