Considerada una de sus grandes novelas, equiparándola con Anna Karenina y Guerra y Paz, Resurrección nos presenta a un Tolstoi en plena espiritualidad.
El protagonista, el príncipe Nejliúdov podría ser hermano del Lyovin de Anna Karenina, sus pensamientos acerca de la posesión de la tierra, de la situación de los siervos, sus reflexiones morales… son muy parecidos. De la misma forma, estos pensamientos, me han recordado a los del propio autor, como si estuviera leyendo al propio Tolstoi dentro de la novela.
Sin embargo, Máslova, la protagonista femenina, me ha resultado más atrayente, es un personaje que va creciendo durante toda la novela, su final es tan sencillo y me ha conmovido tanto, que creo que la recordaré con más cariño que a otras protagonistas, incluso me hace preguntarme de quién es la resurrección, de Dimitri Ivanovich, de Katia, o de todos los personajes que van apareciendo en la novela.
Maravillosa la historia de Fedosia y Tarás, y aterradora la descripción de dos jóvenes inocentes ahorcados, así como todas las penalidades de los presos, de ese padre que no puede llevar a su hija en brazos porque tiene las manos esposadas, de esas personas que morían en mitad de trayecto a causa de insolación… Un recorrido que vale la pena hacer, en el que Tolstoi defiende la bondad del alma humana y culpa a la sociedad por corromperla.
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