1885 fue el año en que murió Victor Hugo, y en el que se publicó esta novela en forma de folletín. En una nota que trae mi ejemplar, Maupassant escribe a su madre que se está esforzando mucho en su venta, ya que la muerte de Victor Hugo había afectado al mundillo. Sin embargo, Bel Ami estaba destinado a triunfar, o por lo menos a crear polémica y dar que hablar. Y esta frase sirve tanto para la novela como para el protagonista.
Georges Duroy es nuestro Buen Amigo, un hombre sin escrúpulos, que se sirve de las mujeres para ascender en la sociedad parisina. Es un hombre mediocre, egoísta y un par de cosas más, pero tiene ese encanto con el que algunas personas se hacen irresistibles pese a todo, y saber utilizar ese don es su punto fuerte.
El mundo periodístico se ve retratado de una forma dura, que tampoco gustó a los contemporáneos de Maupassant, pero es indudable el valor que tiene cuando el autor parece gritarte ¿cómo no iba a triunfar Duroy en un mundo así cuando había más de uno del mismo estilo? Aunque también nombra, como de pasada, a los periodistas vocacionales, que precisamente por serlo nunca llegaban a ascender.
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