lunes, 7 de marzo de 2011

El viejo y el mar (Ernest Hemingway)


¿Cómo puede una historia tan simple en apariencia transmitir tantos sentimientos? Para mí, la desazón es el sentimiento protagonista, la que mantiene al viejo en su bote, pendiente del sedal y del pez, mientras recuerda tiempos pasados, la esperanza y la energía de otras épocas.

La  soledad es otra huella que nos deja la historia, la que siente en su vida desde que su mujer le falta, la que siente durante todo el viaje, echando de menos constantemente a Manolín, que es el encargado de transmitir ternura a la historia por todo el cariño que siente hacia Santiago. 

Una historia conmovedora que se lee en un momento, y que da para reflexionar. 


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