lunes, 27 de septiembre de 2010

Anábasis (Jenofonte)

Si nos quedamos quietos, tregua; si nos movemos, guerra.

En 401 a.C., Ciro el Joven pretendía arrebatarle el trono de Persia a su hermano mayor, Artajerjes II. Para ello reclutó a un gran ejército, entre ellos mercenarios griegos, los famosos Diez Mil.
En la batalla de Cunaxa, Ciro cayó muerto y su ejército huyó en desbandada, incluso algunos se unieron a las fuerzas enemigas. Sin embargo, los mercenarios griegos, abandonados a su suerte en mitad del Imperio Persa, comenzaron el viaje de vuelta a Grecia bajo el mandato de Jenofonte.

Jenofonte nos cuenta todos estos sucesos, en tercera persona, con un estilo sorprendentemente ameno y sencillo.

El momento más emocionante llega cuando se escucha el grito de los soldados, que en principio, algunos identifican como un ataque, y sin embargo son gritos de alegría. “¡El Mar! ¡El Mar!” y parece que a partir de ese momento ya todo va a ir bien, pero no. La lucha continua siempre, solo que de otra manera.


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