Dice la contraportada del libro que para muchos Maria Edgeworth es la Jane Austen irlandesa, y eso se comprende en los primeros capítulos de la novela. Ambas destilan una ironía similar a la hora de describir la sociedad de la época creando situaciones bastante divertidas a los ojos del lector. En mi opinión Austen gana a la hora de poner corazón y psicología a los personajes, así como con algunas descripciones que en Edgeworth me han parecido frías. Sin embargo la crítica social en El absentista es clara.
En aquellos años un absentista era un terrateniente irlandés que vivía en Londres despreocupado “de su hogar, de sus negocios, de sus deberes y de su hacienda”, y eso en muchos casos producía que los ocupantes de dichas tierras lo pasaran realmente mal.
Básicamente ese es el argumento de la novela, sazonada con un romance por aquí, otro por allá, pasando por deudas y sus correspondientes acreedores, y situaciones llenas de humor, normalmente causadas por el esnobismo de los personajes.
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